No es posible pretender entender qué es la realidad o cuáles podrían ser sus efectos sin aceptar que nuestra percepción es parte de ella. Una parte. Nuestras percepciones no están fuera de lo real, no observan lo real fuera de la realidad, y con esto quiero decir que, tal como están las cosas, lo real ya no sería real (ya no sería lo mismo) sin vos ni yo. Ni ustedes. Y tampoco sin Rocío Pérez, que es una artista rebuena sobre la que estoy escribiendo ahora. Ver las obras de Rocío me hizo enteder que lo real es una cuestión de estilo. La realidad no es ni más ni menos que una sumatoria de estilos, de cada uno de nuestros estilos. Hay un estilo Rocío Pérez de la realidad así como hay un estilo tuyo y otro mío (un estilo Mao y Lenin). Algunos de esos estilos logran mayor difusión, se imponen y generalizan. Pero cada cual tiene su estilo y la realidad es eso: un banco de datos enorme con todos los estilos.
El arte nos hace visibles esos estilos. Los hace más evidentes. Viendo las obras realistas de Rocío Pérez entendemos su forma perceptiva, la forma en que mira las cosas. Rocío mira un cartel, un choque, una máquina, no importa qué, pero le imprime su estilo. El estilo nace de la propia mirada. Cuando vemos a alguien confrontamos estilo. Por eso sucede que si un fotógrafo y un pintor y un videoartista actúan sobre una misma persona o paisaje o cosa, capturándola en sus imágenes, vamos a tener diferentes versiones-obras de esa misma cosa. Porque cada cual le propone su estilo. El estilo no es algo hacia uno sino hacia los demás. Nosotros le ponemos nuestro estilo a las cosas que vemos y otros nos ponen su estilo cuando nos miran. La realidad hace evidente todo este cruce estilístico. Por eso el arte es una parte tan intensa de nuestra realidad: porque es nuestra forma de vivir la vida. Vivimos la vida desde el arte, en ese flujo que hace evidente todos los estilos.
Hay obras que nos hacen descubrir cosas. No tengo idea qué se le pasó por la cabeza ni qué sintió Rocío cuando pintó estas imágenes, pero lo que sí puedo decir es que me desnudó uno de los modos o por ahí EL MODO en que funciona la realidad.
Como una sumatoria de estilos.
Y no solamente eso, sino que me hizo pensar mucho en mi estilo. Es decir ¿¿de qué forma yo imprimo mi mirada en las cosas??
¿¿De qué forma las rocío con mi estilo??
Hay pocas cosas mejores que descubrir pensamientos como éste, sobre el cual sigo escribiendo y pensando.
miércoles, 27 de junio de 2007
Rocío de la realidad
Publicado por Anita en 13:51