La naturaleza también está en nuestra imaginación. Quiero decir, es imposible disociar lo natural de la formas en que nos imaginamos lo natural. Los chicos y chicas de la edad de las cavernas sin dudas no pensaban en lo natural, ya que para ellos todo era natural. Ahora lo curioso es que lo artificial nace como copia de lo natural o de una idea de lo natural. Hay pocas cosas más artificiales que el art nouveau y sin embargo todo este estilo está plagado de formas naturales, de plantas, de hojas, de vegetación que crece e inunda el espacio.
De las artistas que trabajan con plantas la que más me alucina es Eliana Heredia. Eliana nació en Brasil pero desde chiquita vive en Argentina. Pienso ahora en la obra de un novelista como Ishiguro, autor de esa novela increíble que se titula “El artista del mundo flotante”. Ishiguro nació en Japón, pero sus padres se mudaron a Inglaterra cuando era muy chico y él nació con una idea imaginaria del Japón. Posiblemente con Eliana suceda algo parecido. Nosotros pensamos en Brasil como un lugar donde la naturaleza nos asalta, donde lo vegetal arremete continuamente y eso es la costumbre. Pienso en Brasil y no puedo dejar de pensar en el Amazonas y todas las zonas que permanecen sin explorar. La obra de Eliana se mete con las formas fascinantes de lo vegetal, con ese crecimiento anárquico y constante, con esa fuerza que nos condiciona perceptivamente. Aclaro que no conozco ni Brasil ni menos aún el Amazonas, por lo cual toda la imagen que tengo de esto viene de libros y películas. Es una vegetación mental. La de Eliana también lo es, pero ella la extrae de este remolino de ideas y visiones y las expande en una sala. Su vegetación es una metáfora al mismo tiempo que es pura materia. Es a la vez lienzo tridimensional, representación y símbolo. Porque vegetales son nuestros pensamientos que crecen como selvas, nuestros sentimientos que no poseen límites, nuestro cuerpo que está siempre en movimiento aunque estemos inmóviles. Un libro es una selva de palabras, una selva es un muestrario de colores y de formas.
Hoy me desperté sintiéndome una selva.
Ayer sintiéndome una enredadera.
Jamás estuve más cerca de la obra de Eliana.
martes, 19 de junio de 2007
La vegetación de tus ojos
Publicado por Anita en 13:44