lunes, 31 de diciembre de 2007

Por suerte, todos somos modelos de algo

¡¡Hola primores!! ¿¿Hubo un arte modelo 2007?? Desde mí mejor debería preguntarme ¿¿qué es una espectadora modelo 2007?? Hace rato que Barthes propuso como patrón-fantasma de renovación la dinámica de recambios del mundo de la moda. En aquella época, los intelectuales lo entendieron como una crítica. Leí no hace mucho el libro y lo entiendo más bien como una resignación. Todos somos modelos de algo.
Nuestra tarea es descubrir modelos de qué. Porque ese es un papel que te asignan los demás. Por más que intentes llevar las cosas hacia un punto, la marea de lo que esperan de vos te llevará hacia otro a veces muy distinto.
Nadie sabe qué es el arte modelo 2007. Nos pasamos días interminables tratando de ponernos de acuerdo. El año pasado me acuerdo que muchos decían “Belleza y Felicidad” termina como galería. Estos días vuelve a hablarse de lo mismo pero diferente: “Belleza y Felicidad ya no estará más en la esquina”.
La verdad es que me intriga esa melancolía precipitada. Porque al final Belleza y Felicidad continuó en el 2007 como galería, y hubo muestras rebuenas. Hasta es posible que mejores que las del 2006 y 2005. Tosto estuvo muy bien ¿¿entonces de qué estábamos hablando??

Ahora lo mismo. Otra vez la nostalgia. Porque apuesto a que Fernanda y los Tosto seguirán haciendo cosas increíbles, juntos o por separado.
Pasaron muchas cosas en este año, es verdad. Me animo a señalar una dirección que me impresionó y me interesa para el futuro y es Campopsí, la creación colectiva de ambientes. Porque lo abarcó todo: una respuesta a cómo intervenir el espacio, a crear formas de intercambio sin ninguna verticalidad, a mezclar con feliz impudicia todas las disciplinas, porque ya no importaba si eras pintora, cantante. videasta, performer, instalacionista o lo que sea. Porque estaban borrados los límites entre la instalación y el ambiente, porque fue realmente una obra colectiva sin la especulación que muchas veces encontramos en los denominados colectivos de artistas. Porque fue desprejuiciada, desprolija, hospitalaria, confusa y por sobre todo muy intensa.
Si tuviera que expresar un deseo diría que ojalá que el modelo 2008 del arte fueran muchos Campopsí, diferentes, con propuestas en muchas direcciones, pero con ese espíritu. Sin ninguna institución detrás. Absolutamente autogestionado.
Chicas haciendo lo que se les da la real gana.

Me siento reidentificada.

Gracias por acompañarme durante todo este año.
Los quiero mucho.
¡¡Hasta mañana o pasado!!

Kisses!!

viernes, 21 de diciembre de 2007

Este blog es como un estado mental o de ánimo y tu obra también

¡¡Hola!!
Si quiero enterarme de algo que sucedió en el mundo del arte que me interesa e incluso de otros a los que no pertenezco ¿¿qué hago?? Recurro a la Blogósfera. La verdad es que ésta no reemplaza al mundo del arte ni mucho menos. Pero nos permite estar informados.
Cada uno de nosotros tiene sus blogs favoritos. Lo mismo que sus fotologs y sus flickrs que suelen ser mucho más sabrosos que cualquier revista de arte. Cada vez me encuentro con más meta-blogs, blogs sobre blogs, blogs que son remixes de otros blogs, de forma similar a los programas sobre la tele que hay en la tele. Hay blogs que son tremendamente íntimos, o de comunicación abstracta, para un grupo cerrado. Otros, que quieren abarcarlo todo.
Los blogs que más me gustan son como un estado mental o de ánimo. En un mail reciente que todavía no contesté Leopoldo Estol me comentaba que me notaba más dispersa. Y ¡¡es cierto!! Cuando te proponés escribir todos los días o muy seguido estás obligada a escribir con quien sos ese día. Ese es tu material. Es que en un blog como éste una parte del material soy yo misma. No puedo evitarlo ni me interesa. Y si estoy dispersa, bueno, eso se nota.
Ahora bien, lo mismo pasa con tu obra. Lo que te pasa está en tu obra. Incluso en las obras más abstractas y formales. Siempre están presentes tus estados de ánimo y mentales.
Un amigo me contaba ayer de una obra de hace muchos años de Fernanda Laguna que era un escrito con fibras en una pared que decía “esto es lo más sincero que puedo hacer hoy”, o algo parecido.

Una obra es un noticiero indirecto (o no) sobre quienes somos cada día. Sobre lo que podemos y no podemos. Y en esto que somos se va colando el universo.
Quiero hoy hablar de una obra que admiro un montón y es el mejor ejemplo de lo que digo. Me refiero a una artista preciosa que se llama Juana Neumann. Juana llevó el gesto de lo que recién les contaba de Fernanda Laguna a una situación de intensidad sin límites.
La obra de Juana es un procesador de estados de ánimo y mentales. Todos los recursos de la sinceridad se dan cita en ella. ¿¿Quieren saber lo que es ser una chica?? ¿¿una mujer?? No es necesario leer sólo manifiestos feministas ni historias sobre las políticas de las mujeres. La obra de Juana Neumann es todo esto y más. Hay que mancarse estar en ese límite. En exponerse así.
Es una obra que debería ser mucho más visible. Que no es especuladora con las tendencias del momento. No es el tipo de obras que van a ser premiadas en un Petrobrás o Andreani ni un Chandon. Es un tipo de obra que de tan personal molesta. Es el tipo de obra que más me conmueven.
Cuando empecé a pensar este blog que estás leyendo pensé mucho en la obra de Juana. Realmente, si alguna vez leyéndome te hice acordar a ella, pues es que no lo estoy haciendo tan mal.
La diferencia es que el trip de Juana se dirige hacia su médula. Trata de captar su estado de la forma más pura. El mío casi siempre, salvo excepciones, es hacia el exterior, tratando de captar un estado del mundo en el que vivo, de graficar como me pega.
En mi deseo, Juana es mi gemela astral. Alguien que traza con mucha sensibilidad y talento un camino que me encantaría que fuera paralelo a esto que estoy tratando de hacer.

jueves, 20 de diciembre de 2007

La contemporaneidad cambia todo el tiempo

Hay muchas formas de vivir la contemporaneidad. Porque la verdad es que lo contemporáneo es una categoría histórica y también cultural en la que estamos inmersos. Yo quiero analizar ahora algo que voy a llamar contemporaneidad íntima. Porque para que una obra sea contemporánea no basta con haber sido realizada en un momento determinado, sino que es necesario que sea reconocida como tal. Esa es la cuestión ¿¿por quién??
Pienso en Belleza y Felicidad, en Appetite, en lo que hicieron las chicas que se denominaron a si mismas Campopsí en la que fue a mi entender la mejor exhibición del año: es animarse con un tipo de obra, apostar a una manera de hacer y sostenerla con una actitud.
Para mí eso es producir contemporaneidad. Cada época tiene su sensibilidad y a partir de ella una búsqueda definida. Hay una diferencia abismal entre novedad, originalidad y subjetividad. Son todas cosas diferentes. Una obra provoca una subjetividad diferenciada. Me importa nada si una obra es original, porque en verdad toda obra está realizada con materiales que ya utilizaron otros artistas. Los críticos y los artistas de edad insisten mucho con eso, con lo novedoso. Una subjetividad intensa es mucho mas necesaria.
¿¿Pero qué es una subjetividad intensa?? Una forma de subjetivizarse en formas de alta comunicación. Porque ese es otro de los puntos: cada época desarrolla un tipo de comunicación diferente.
Una sensibilidad especial hacia los objetos, las cosas.

Obras que den cuenta de una forma de ver, de sentir, de pensar. Nos toca convivir con un tipo de modas y de diseños particulares. De tendencias. Y frente a ellas tenemos que elegir, actuar, responder y dialogar.
Por ejemplo, Lula Mari elige un camino clásico. Busca más y más en sus imágenes repletas de un nuevo clasicismo. Un clasismo redefinido.
Flavia Da Rin también se vuelve cada día más clásica. Explora mundos muy diferentes para alimentar el suyo. La primera imagen de este blog fue una imagen de época de Flavia. Ser contemporánea para Flavia es cotejar muy sensiblemente todos los mundos que se le pasan por la cabeza, investigar en todas las épocas.
Leonel Pinola también es un viajero de mundos ajenos. Me siento muy identificada con su obra. Lo hace con mucha delicadeza, logra que obras del pasado ingresen al presente y obras ajenas se sumen a su visión. Para mí Leonel es un artista de arte relacional a la enésima potencia, porque nadie avanza hacia los demás con tanta delicadeza y humor.
Lo mas inmediato que tenemos es nuestra subjetividad. Pero hacer algo con ella no es fácil.
Por eso mismo es que resulta tan estimulante.

martes, 18 de diciembre de 2007

Soy re 007

Todavía es un año intenso, reintenso. Todavía no terminó, pero estamos en cuenta regresiva. Pienso en el primer post de Mao y Lenin y me parece muy lejano, como si me regresara del fondo de los tiempos. Todo un año en el que me atuve con toda la energía de la que fui capaz a la consigna de escribir todo lo que sentía, todo lo que pensaba llevando adelante una escritura que diera cuenta de una mirada lo más sincera, lo más analítica y lo más emocional. Porque tuve en claro desde la primera línea que escribí que mi forma de sentir era tan importante como mi forma de ver y pensar.
Pero por sobre todo un año de diálogos intensos. De mucho aprendizaje. Y no sólo aprendí bastante sobre mí, sino también sobre mucha gente. Y como era de esperar, no todo es malo, no todo es bueno.
Traté con todas mis fuerzas de no caer en mis propias trampas. De ser lo más independiente que pudiera. Porque cuando comenzás a entablar un diálogo intenso comienzan los pedidos, los reclamos. Y es verdad que resulta indispensable cuidar ese feedback. Pero no declinar jamás lo que tenemos ganas de hacer. Si tenía ganas de ir en una dirección, si realmente sentía eso, entonces adelante. Si vos podías acompañarme, si realmente me creías en ese giro, mi felicidad se volvía más completa.
Como no podía ser de otra forma, recibí muchas críticas. Que era muy mala y no tenía piedad con lo que no estaba de acuerdo, que me gustaban muchas cosas distintas, que siempre soy muy entusiasta, que no circulo, que me reservo demasiado en vez de reunirme con todos mis lectores, que soy una vaga, a veces, a la hora de contestar mails.
Y todo eso es cierto. Tuve que aprender a avanzar con todas mis dificultades. Reconozco ser patológicamente tímida. Mi analista me reprocha cierto celo excesivo. Y también una marcada tendencia a complacer. Escribir es generar una distancia y poder regularla. Me sirve. Estar cerca y comunicarme de una forma tan intensa sin perder la calma, sintiéndome bien.
No voy a hacer resumen de lo que vi porque no creo en los resúmenes. Puse mucho empeño por acercarme a lo que me interesaba sin dilapidar nada la complejidad de la situación. Si me equivoqué y sé que lo hice muchas veces fue con todas mis ganas. Dije todo cuanto quería decir y así seguirá siendo.
Empieza a terminar el año y estoy con más pilas que nunca. Voy a hacer un viaje. Voy a limpiar mi cabeza. Voy a encontrarme y perderme un millón de veces.
En mi vida, 2007 será el año en que mis papelitos tomaron estado público. En el que mis textos crearon lazos. En el que hice todo lo que quise. En el que tuve sacudones como nunca había tenido.
Y lo bueno de todo, para bien y para mal, es que todavía no terminó.
Todavía me quedan cosas por hacer.
Los quiero.
Una vez más, muchas gracias.
Kisses.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Tu interés no es tu utilidad ni hace falta que lo sea

Pensaba que me encantan los relatos de viajeros. Ya sea por el mar, por galaxias lejanas, por tierras exóticas y desconocidas. Pensaba que en otras épocas el viajero realizaba su travesía para descubrir personaje extraños, que nada se parecieran a él. Y creo que ahora es al revés, que lo que hago es construir un interminable periplo por los territorios del arte, que como una hermana Princesa del Principito de Saint-Exupéry voy descubriendo planetas que se parecen mucho a mí. Y lo cierto es que no quiero, de ninguna manera, que se parezcan mas a mi, influirlos con mi forma de ser. Al revés, me encanta saber que puedo ser diferente, que mi sensibilidad puede ser como la desarrollada en cada uno de esos planetas.
Y en este punto advierto la diferencia. Todos somos viajeros, pero nos comportamos distinto con nuestros anfitriones. Hay quienes ven en la tarea del otro la posibilidad de entablar contacto con algo que le es útil. Por eso es que piensan al otro como una continuidad de su tarea.
Prefiero al revés, cuando nos reconocemos en la tarea del otro y queremos continuarla. Cuando dejamos de lado a nuestro yo y nos hundimos en una sensibilidad diferente. Cuando estamos realmente interesados en el otro pero no evaluamos si no es útil o no.
A veces creo que estoy reescribiendo algunos capítulos del libro de Saint-Exupéry en otro estilo.

Pienso ahora en las pinturas de Carla Benedetti. Pienso que una pintura, como cualquier obra, es una oportunidad maravillosa para que otro nos explore. Claro que si, una obra es un espacio de exploración mutua: estos chicos retratados atravesaron la sensibilidad de Carla y Carla pudo encontrase en su forma, pudo ingresar a su imagen desde su manera de ver la vida.
Y es emocionante cuando esto sucede. Cuando no está pensando en el otro de acuerdo a tu interés. Cuando no lo estás exigiendo al otro que te de la clave que necesitás, cuando el otro no es un trampolín, cuando no tiene que reafirmar tu lugar dentro de la tribu.
Cuando el otro es un camino de conocimiento. No sólo mental, sino también y por sobre todo conocimiento afectivo.
¿¿Es muy pretencioso reclamarle afecto al arte?? Si es así, soy repretenciosa porque es lo que mas me interesa. Entiendo al arte como una investigación no utilitaria del afecto por medio de la sensibilidad, mediante la construcción de imágenes u objetos.
La sabiduría de un artista radica en de qué modo recorre los afectos ajenos y aprende de ellos. Esto no es una fórmula, es mi deseo.

Cuando escribo sobre ustedes es porque necesito recorrer sus sensibilidades.
Del resto que se encarguen los críticos de arte.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Mientras



No me interesa saber qué es arte
Sólo estar ahí cuando sucede
Mientras sucede
No importa cuando
Siempre aparece y es distinto
Incluso cuando parece que es igual.
Nunca lo es.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

La elección es como un mueble

Siempre se te exige una conducta. ¿¿Quién?? Los que necesitan sostenerse. ¿¿Cómo es eso?? Es que elegimos según una función propia, aunque sea tácita, aunque no sea directa y evidente. Elegir a otro (al artista, a su obra) es elegir algo de uno mismo. Es reconocerse en la elección. Nunca se elige contra uno. Y el que diga lo contrario está mintiendo.
Lo que pasa es que a veces ese uno es un uno plural. Es un muchos. Es una pequeña tribu. Entonces la elección está sociabilizada. Le tiene que servir al grupo. La elección es como un mueble, siempre es funcional.
Cuando elijo obras y artistas para escribir estos post también estoy sumándome a una funcionalidad. Y es que modelo mi relación con el mundo, con mi sensibilidad y mis formas de comprensión en cada una de mis elecciones. Pero eso a veces no se entiende. Porque cada nueva elección que hacés, es funcional para una pequeña tribu y no para otra. Entonces resurgen los problemas del caciquerío. ¿¿Por qué elegiste esta vez a fulanito que no pertenece a nuestra tribu y si a aquella otra?? Cuando hacés una elección por fuera de la pequeña tribu comienzan las desconfianzas. Y eso no es sólo inevitable, sino que hasta está bueno.
No sólo tenemos que ver el bosque, sino también el valle. Y hasta por ahí bosque y valle compartan muchas mas cosas de las que les gustaría reconocer.
A Leandro Tartaglia, sobre quien estoy ahora escribiendo, le debo la contestación de un mail de hace mil años. En realidad no es al único al que le debo respuestas. Perdí el ritmo de contestar mails y mails. A fin de año siempre me pasa.

Las obras de Leandro se construyen siempre con otro sentido y otra percepción. Y eso es lo que mas me gusta. Hay que explorar todo el tiempo otros modos de ser consecuentes por fuera de la repetición.
El ojo está ahí, como siempre. Pero no necesariamente tiene que ser un monarca inflexible. Lo mismo que los sentidos (no los cinco sentidos, sino esa cuota de significados).
A veces es como una competencia. El ojo que todo lo ve tiene adversarios. Ahí están los oídos para diseñarle un paisaje tan rico o más. O el tacto. O la máquina ampliada de todos los sentidos juntos.
Huxley siguió a William Blake cuando pidió que abriéramos las puertas de nuestra percepción. El arte puede ser una droga poderosísima.
Más poderosa que cualquier clan.
Los sentidos actúan todos juntos, pero es maravilloso cuando lo hacen como una pequeña tribu que se dispersa. El olfato allá, el tacto por aquí, lo audible por más allá.
Me gusta eso, la desbandada.
Hay que saber desbandarse.
Y que eso no constituya una falta de intensidad.
Sino más bien todo lo contrario.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Una flor rara como un Panda

La estridencia cambia mucho, es decir, no siempre es una molestia. A veces buscamos la estridencia. Durante mucho tiempo los buenos modales del arte se comportaron con suma ambigüedad en su presencia. Por una parte, siempre estuvo de parte del mal gusto, de lo evitable, al menos que una causa importante la llamara a escena. El escándalo de un burgués en las vanguardias o la épica política por otro. Sin embargo, vivimos en una época de estridencias. Ni siquiera es privilegio de los medios, grandes o pequeños. Sino que hasta el boca a boca hoy resulta estridente. Por lo cual hay muchos cultores muy enérgicos de la anti-estridencia. No es fácil conseguir la anti-estridencia, aunque la cultivemos mucho. Es una flor rara. Re-rara.
La estridencia es la regla. Incluso en el susurro. Debe decir mucho y ya. Todo junto y ya. Todo debe verse ya, hacerse notar ya, robar cámara ya. Si eso no resulta, la sombra del fracaso sobrevuela.
Es muy común escuchar a un artista decir “me fue muy bien con la muestra; salieron tres notas y fue mucha gente”. Siempre los números, las estadísticas. Incluso el marketing de la resta; mucho de lo póvera y trash es eso: el otro estruendo.
Por eso necesito rendirle homenaje a los que escapan de la lógica de lo estridente. Necesito contarles de u proyecto que me alucina, porque es la multiplicación de la falta de estridencias. Un proyecto de sumatoria de artistas que no necesita del logo de las grandes multinacionales o de fundaciones extranjeras. Un proyecto calmo, preciso y contundente.

Sí, tal cual. Necesito hablarles del Proyecto Panda.
Es multiplicante sin necesitar ser una máquina infladora de egos. Por ejemplo, acerco a este post obras de Celina Hilbert y Carolina Colmenero.
¡¡Es tan bueno encontrarse con propuestas tan sensibles que no vengan recomendadas una y otra vez en los suplementos y ferias y premios!! ¡¡Es tan bueno saber que hay gente tan copada haciendo sus obras sin necesidad de pasear sus figurones de artistas en cada inauguración del circuito más fashion!!
El Proyecto Panda simplemente exhibe.
Pone en escena artistas que no corren detrás de la estridencia. Que encuentran otros medios mas amables. Que no necesitan bajarse de ningún carro porque jamás se subieron a ninguno.
No es fácil dar con ellos. Hay que buscarlos, muchas veces no están en el lugar más indicado.
Bueno, ahora sí. Ya lo sabemos.
Están todos reunidos en Panda.
Por suerte para todos.

martes, 4 de diciembre de 2007

Aprender a escaparse del manual


¿¿Qué tiene más importancia, la obra o el artista?? ¿¿Cómo se mide eso?? ¿¿Dónde empieza y dónde termina una obra?? ¿¿Cómo se manifiesta un artista?? No existe obra que no esté cargada de subjetividad. Del mismo modo que no existe un estilo impersonal. Cuando uno piensa en un estilo piensa en una obra y una obra no es otra cosa que una subjetividad puesta en escena. Una forma de hacer las cosas. Porque subjetividad no es “contar el cuentito” de cuando éramos chiquitos y qué nos pasó y qué nos dolió y bla, bla, bla. Subjetividad es realizar las cosas de una forma y jamás de otra. Es diferenciarnos. Aunque no sepamos absolutamente nada de una biografía.
Ahora ¿¿por qué simular que no se tiene estilo cuando una está escribiendo sobre un artista?? Hay gente a la que conocemos por su lugar de poder. Porque una de las formas de sentar una subjetividad es a través de la detentación del poder. Lo otro viene después. Es esa conjunción: tal persona que “defiende” a tal artista pertenece a tal diario, a tal institución.
Ahora bien ¿¿qué escribe, sobre qué escribe??

Hay teóricos de manual. Protocolares, prolijos, previsibles. Chicos educados. ¿¿Se acuerdan que hace dos o tres años había quienes repetían todo el tiempo “yo soy profesional porque me eduqué en tal escuela de los Estados Unidos”??
Desde el primero de los post pensé mucho en esto. En una crítica que fuera punk sin resultar jamás quejosa, que fuera potente sin perder ternura. Porque a mi me interesa que lo que escribo no pierda ni ternura ni potencia. Ternura en el sentido de una forma de relacionarme que me interese. Porque nada me interesa escribir un texto como si estuviera dando una lección en el frente. ¿¿Vieron que hay críticos que escriben como si estuvieran rindiendo un examen en el CBC?? No me gustan nada.
Yo no creo que escribir sobre arte sea menos importante que hacer arte. Eso podía pensarse hace unas décadas atrás, pero hoy es ridículo. Por lo mismo, para mi este blog es mi obra. A muchos artistas les encanta que los que escriben sobre arte tengan un status inferior. Pues bien, mis amigos, no cuenten conmigo. Ni mejor ni peor, es otra cosa.

Es otro tipo de obra. Otro formato. Como si alguien me dijera que la pintura es más importante que la fotografía. No me interesa cómo puede haberse pensado la tarea de escribir sobre arte en el pasado. No me importa. Si me interesa saber qué es lo que siento yo ahora. Cómo puedo construir un diálogo.
Son pocos los que escriben sobre arte y se escapan del manual. El manual es lo que funda el escotoma. Porque son los modales de manual, el repetir tu legajo de poder el que anestesia tu sensibilidad y análisis.
No es fácil escaparse del manual. No es nada fácil fundar un espacio de voz, con tu propia voz. No es fácil decirle “fuck you” al reclamo de que tengas que rendir examen utilizando las normas de manual.
Es un momento en el que más que nunca hay que defender la posibilidad de que la subjetividad sea el mayor arma política. La mayor guerra al manual, la mayor huida.
Si tenés ganas de escaparte, contá con mi compañía.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Enorme metástasis institucional del escotoma


No sólo es triste, es preocupante. Si la selección del último premio Petrobrás de Arte BA nos había resultado obvia y carente de todo riesgo, esta vez los síntomas predictivos resultan aún menos alentadores.
Un premio no es únicamente recompensar una tarea, sino descubrirla. La edición del premio en cuestión en este año que termina fue lamentable en ese sentido: no descubrimos nada, no aprendimos nada.
Que para el próximo año Arte BA, con presidente recién estrenado, haya designado a Fabián Lebenglik como responsable del premio además de lamentable es preocupante. Ya escribí bastante sobre el tema: Lebenglik jamás llegó a esta época. No puedo opinar nada sobre cómo puede haber sido su tarea en la década pasada, porque realmente no tengo elementos para decir, sería injusto y apresurado. Pero si es claro y muy comprobable que Lebenglik no entiende absolutamente nada de nada de la producción de esta última década. No sólo que no entiende, sino que es reaccionario al respecto.
Es un retroceso inmenso el que sufre Arte BA con esta designación. Y más triste aún porque entre los jurados que seleccionó el poseedor del escotoma más grande de la Argentina se encuentran dos talentos como María Gainza y Claudio Iglesias.

Ojalá no sean devorados por esta metástasis institucional del escotoma más célebre. Pero es difícil, porque estarán bajo su mirada que paradojalmente nada ve o nada quiere ver.
Este año, hasta dónde me enteré, no habrá Periférica y ahora esto. Las instituciones atraviesan una crisis sin precedentes.
María, Claudio: por favor, no se contaminen. Protéjanse. Sé que no es fácil, sé que será una tarea imposible, pero hagan algo.
Realmente me preocupa mucho, porque les toca rescatar un premio cuya organización ya venía en caída y ahora les toca cargar mochilas que serán más pesadas que el meteorito que aplastó al papa de Cattelan.
Es más, al lado del hombre-escotoma, ese meteorito me parece una caricia.
Por favor, los necesitamos íntegros.

Arte BA: REPROBADO.