lunes, 28 de septiembre de 2009

Erase aquella vez

Es más que contar una historia. ¡¡¡Es una narración para ver con todos los sentidos!!!
Es cómo se cuenta esa historia. Es lo que el ojo aprehende.
Por qué los colores. Por qué las sombras.
Por qué ese espacio. Por qué los bordes.
Una historia que es pura forma.


Juan Ignacio Reos debe tener la historia en su cabeza. O en sus cuadernos de apuntes.
Pero no la conozco. ¿¿Hace falta??
Con las imágenes que veo armo otra historia. Es decir, le sumo más historias a la historia de la que partió.
Cada cual arma su historia. Cada vez distinta.
Ni siquiera sigo el orden. Nadie lo hace.
Cada cual tiene el suyo.


El arte debería ser siempre así.
Una invitación a que proyectes una historia que no conocés.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Escucho con los ojos

¡¡cenestesia!! Dicen que es un desarreglo de los sentidos.
Para mí es al revés. Es arreglarlos.
Es que unos sentidos enseñen a los otros.
Es que los sentidos se quieran, se respeten y colaboren entre ellos de otra forma.
No sé cuál.


Daisy teacher me pregunta por mail (le pregunta a un montón de gente copada) qué es para mí escuchar.
Me pongo a pensar ¡¡es una responsabilidad estar en su Diccionario!!
Una responsabilidad que está buenísima.
Escuchar es aprender.
Es dejar entrar al otro.
Al mundo.
Es darle paso a la sensibilidad.
A una sensibilidad que nos obliga a "estar alertas".


¿¿Alerta a qué??
A lo que nos rodea.
Porque nosotros somos también rodeantes de cosas y personas.
Escucho con los ojos.
Con el corazón.
Con las manos.
Con los pies.
Con cada milímetro de mi piel.
Decir "te escucho" es decir te respeto.
Existís y sos importante para mí.


Escuchar al mundo como se escucha una canción.
Yo escuché a las Madonnas de Daisy.
A todas sus ofrendas.
Escuché esa sinfonía de cariño, de devoción, de entrega.
Escuché el universo en sus detalles.
Estuvo rebueno.