Hay un famoso libro de teoría arquitectónica que se titula “Aprendiendo de todas las cosas” (cuyos autores son Robert Venturi y Dense Scott; creo que son o fueron un matrimonio). Ese título me parece superior y sin dudas es una definición ajustadísima de lo que entiendo como arte contemporáneo: un canal para aprender de todo. Si Fer Laguna llamó a una de sus mejores exhibiciones “Todo tiene que ver con todo”, siguiendo un dicho atribuido al locutor Pancho Ibañez (que es re-parecido a mi tío Juan), esa noción de totalidad es la que el arte está llamado a desentrañar, entrometiéndose con absolutamente todo. El arte no es todo ni todo es arte, pero el arte se conecta con todo, absolutamente todo.
Si ustedes leen las preguntas que Diana Aisenberg enumera en blog verán que se conectan con todo lo existente y posible. El arte hace posible, nos hace recorrer caminos super diversos, precisamente aprender de todas las cosas.
Aprender a tomar contacto, descubrir en el ver.
Lucas Mileo Moss es un artista supertalentoso que inventa vírgenes construidas a partir de fragmentos de muchísimas imágenes. Más allá del tema propiamente religioso, me quedé pensando en la idea de que todos estamos conformados con millones de imágenes, y en este sentido el arte de Lucas funciona como el de los fotologs sobre los que me referí estos últimos días.
Bernice, por ejemplo, recolecta imágenes de todos lados, como Luluj. Lo mismo hace Lucas, pero las ordena de otra forma, les da una cronología que ya no es la de un almanaque sino que se suma al cuerpo, articulándolo de manera original.
Me gusta creer que en algún momento existirá una máquina, una especie de gran ecografía que nos lea todas las imágenes que fuimos sumando a lo que somos durante años y años. Me gusta que se vea el recorte, que las partes no se ajusten bien del todo, sino que simplemente soporten su vecindad. Sin dudas seríamos mejores si conviviéramos todo el tiempo con lo diverso, con todas las cosas.
De cada una de las imágenes que nos hacen podemos aprender. Volviendo a Fer, a mí me encantó la muestra que curó en el Malba porque estaba pensada como un juego de mamushkas: la primera gran Mamushka era el plano de Kuitca llevado a la tridimensión, y a partir de ahí cada artista iba desarrollando una interrelación con los demás. Era muy divertido ver a Vicente Grondona muy elegante con anteojos negros en el divertido video de Ruy Krigier, haciendo de coleccionista.
Las imágenes de Lucas son muy potentes, y muchas de los recortes digitales que la componen batallan y discuten entre sí. Es como si tu cabeza guerreara con tus brazos y estos con tu cadera. Es muy genial pensarnos no ya como una unidad, como un cuerpo sin divisiones sino como muchas partes ajustadas y en prueba, sectores anatómicos que tenemos que aprender a articular.
De la misma forma o parecida que hacemos con el universo que nos rodea.
miércoles, 13 de junio de 2007
Collage y Virginal
Publicado por Anita en 16:40