Esta imagen es todo un manifiesto: si Roberto Jacoby antes que nadie utilizó las estéticas y el poder de seducción de la imagen publicitaria para reflexionar sobre ella misma y sus contenidos (acuerdense del afiche en el que alertaba sobre los usos del Che Guevara como ícono adolescente) así como sobre el poder expansivo de las marcas en Fabulous Nobodies, que se adelantó en muchos años al pensamiento No Logode Naomi Klein , esta vez se propone a sí mismo y al beauty Syd Saga Babur como vehículos del amor. Atención, nada hay de banal en esta imagen: Roberto vuelve a transformar su cuerpo en emblema (ya lo hizo muchas veces, como con el desnudo playero que invocaba en los noventas al espíritu de los sesentas o sus presentaciones como clown desaforado o su cabeza de calabaza) pero esta vez utilizando un arquetipo tan potente como La Piedad, obra que Miguel Angel realizó cuando tenía 23 años, en 1498. Y para sumar más complejidad y fascinación a su propuesta, en la que se propone como un cristo entregado al amor mientras es sostenido por un Syd-Virgen, suma a la imagen una leyenda en inglés, el latín de nuestro tiempo, que pregunta a Sócrates sobre su incomprensibilidad: y es que el amor eternamente resulta incomprensible para aquellos que no se entregan a su delirio.
Con mi amiga Luba hablábamos la semana pasada de lo necesario que resultaba un BED IN , aquella cama del amor de John y Yoko en nuestros días. Y acá la vemos, mucho más culta, divertida y saludablemente no hippie.
miércoles, 14 de febrero de 2007
Tecnologías de Cupido (la imagen del mes)
Publicado por Anita en 11:32