viernes, 16 de febrero de 2007

¡Aguante el Decorativismo Monumental!

Sergio Avello es un artista terriblemente múltiple. Para darles un ejemplo, si leemos su currículum nos enteramos de que es y fue un infatigable hombre-pulpo, de muchos tentáculos creativos: pintor minimalista, Dj y productor de música electrónica, eximio montajista de muestras de arte, productor de fiestas alocadas y chico de la noche. Alguien que incluso cuando reposa vive varias vidas, lo que se dice dueño de una subjetividad bastante expandida y siempre curiosa, insaciable.
A fines de la década del ‘80, según me enteré por uno de sus catálogos, Sergio se aventuró en un campo por demás inédito para entonces: se definió a si mismo como un joven exponente del arte decorativo argentino, mucho antes de que estallara esa polémica tan citada y para nosotros tan vieja del arte light. Ahora nos adentra en una nueva etapa de su estética que multiplica y a la vez sintetiza todas las anteriores: inauguró hace un tiempo, en la entrada del Malba, una obra increíble, un vúmetro hecho de luces titulado "Volumen", que captura los sonidos de la ciudad y los transforma en luces. La obra minimal y lumínica se convierte en un instrumento de precisión. Una vez más cito a Cippo, que hace dos días me escribió: “con esta obra, queda más que subrayado que el decorativismo intimista cultivado por Sergio durante años (que posiblemente llegó a su clímax máximo en la Semana Avello de Dabbah-Torrejón y en su retrospectiva en el Fondo Nacional de las Artes) fue desplazándose hacia un decorativismo monumental, como su bandera en la última edición de estudio abierto y ahora este menhir luminoso e interactivo”. Parece ser que Avello quería realizar una gran rave y que un vúmetro similar sirviera de iluminación urbana. La semana pasada estuvimos gritando desaforadamente con mi amiga Luba en la puerta del Malba, intentando que se encendiera la última hilera de luces de esta obra inolvidable. ¡Y lo logramos! ¡Ja! Me quedaron ganas de seguir gritando como loca.
Vayan y hagan la prueba . ¡Realmente está buenísimo!. Una terapia tan salvaje como reconfortante.