jueves, 29 de marzo de 2007

Vos sos un sistema. Y yo también.

Ingresar a una instalación de Diego Bianchi es bucear en el corazón de su sistema: llamemos a éste el Sistema Bianchi. Cada cual tiene el suyo. Cada sistema habla de disposiciones, de tomas de decisiones, de fatalidades, de elecciones, de apuestas, de alianzas, de lecturas, de imposiciones, de fugas, de instrucciones, de olvidos, de fobias y de deseos. Habla de vos y habla del mundo y del espectador. El Sistema Bianchi como tu sistema y el mío y el de cada uno de ustedes jamás está solo. Es una célula entre muchas otras celulas-sistemas.
Juego de cajas chinas: una dentro de otra dentro de otra. Muchas cajitas dentro de una caja más grande que a su vez está dentro de otra caja que tiene otras muchas cajitas dentro de otra caja más grande y así. Como en un dibujo de Escher, donde las repeticiones y multiplicaciones se parecen al sueño de un kaleidoscopio. El Sistema Bianchi y tu sistema y el mío son sistemas conectados, partes de un todo.
Busquemos en la enciclopedia.
Sistema (gr. systema): Conjunto de cosas o partes coordinadas según una ley, o que, ordenadamente relacionadas entre sí, contribuyen a determinado objeto o función: ~ planetario o solar, el formado por el Sol y los demás astros que giran a su alrededor; ~ periódico, ordenación de los elementos químicos por su número atómico y propiedades; ~ montañoso, conjunto de montañas, apreciable como una unidad; ~ telefónico automático, el que permite la conexión directa y automática entre dos abonados al teléfono.
Somos un sistema. Yo soy un sistema, vos sos un sistema, él es un sistema, nosotros somos un sistema, ellos son un sistema. Una obra es un sistema. Tu cerebro es un sistema. Un museo es un sistema. No existen sistemas aislados. Todo sistema está unido a otros sistemas de las más diversas formas. Un sistema está conectado siempre con otros sistemas. Hay sistemas subordinados a otros por una razón de oportunidad y poder. El sistema del arte es esta estructura molecular de sistemas interconectados. De hábitats. De esferas casitas como las de la foto. Pensemos en los artistas que nos gustan, en los músicos que nos gustan. ¿¿Cómo pasamos de un disco a otro?? ¡¡Haciendo sistema!! Porque no se trata solamente de ser sistemas sino fabricar sistemas todo el tiempo.
Mao y Lenin, este blog que estás leyendo, es mi sistema. Un sistema dentro de otros sistemas que a su vez están dentro de otros tantos sistemas. Ningún sistema tiene un punto fijo: se mueven de acá para allá, como naves espaciales. Los sistemas se desconectan unos de otros todo el tiempo pero siempre están conectados. Ahora estoy conectada a vos, que me estás leyendo. Y si te copás, vas a volver a reforzar esa conexión cuando me dejes una nota-mensaje.
Cuando criticamos al sistema ¿¿de qué sistema estamos hablando?? Si no te gusta como estás conectado, inventate otra conexión. ¡¡No pierdas tiempo!!