miércoles, 28 de marzo de 2007

Ouroboros hiperconectivo

Conectado puede ser sinónimo de encendido y encendido puede ser sinónimo de luminoso y luminoso es el efecto que producen esos seres u objetos que emiten o reflejan la luz y luz denota revelación, la posibilidad de ver algo que no habíamos visto incluso en aquello que ya vimos muchas veces. Pero encendido también puede significar en marcha, ON, en movimiento, la fuente de energía transmitiendo y haciendo circular y circular se dice tanto cuando abandonamos la inercia (esa espantosa frase, cuando un policía nos ordena “circule, circule”) pero asimismo cuando avanzamos en loops, cuando con nuestro trayecto dibujamos un gran círculo que nos recuerda el Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola y también la rueda, emblema de progreso, primera herramienta de avance. Nosotros también somos Ouroboros porque avanzamos cuando estamos conectados pero ¿¿qué quiere decir que estamos conectados?? ¿¿a qué?? Trataré de adivinar: conectamos partes de nosotros mismos a otras partes de los demás; así es que decimos “estoy conectado emocionalmente con tal persona”, “estamos re-conectados, enamoradísimos”, “estamos en contacto mental permanente, en un flujo de complicidad que parece no tener límites”. Cuando estamos conectados damos al otro una parte de nosotros y tenemos acceso a una parte que hasta ese momento nos era ajena. Todos los artistas son conectores, pero hay conectores de muchas clases. Somos como Tetris: estamos conectados unos a otros pero con partes muy distintas de nosotros mismos: nuestros sistemas de conexión son muy distintos. A se conecta con B a partir de un elemento X, pero B se conecta con C ya no con un elemento X sino con un elemento Z y C no se conecta con D ni por un elemento X ni por un elemento Z sino por un elemento Y. Y así. Cada generación tiene sus peculiaridades de conexión. ¿¿Fines?? Cambian todo el tiempo. Los mismos hoy estamos conectados por algo que mañana se mudó y sin embargo seguimos linkeados. A veces no queremos a ciertas personas, no nos gustan por determinadas razones, pero terminamos conectados por otras que sí queremos. Y nos guste o no, el intercambio se produce. Estar conectado es siempre peligroso y siempre vital. Tanto como el arte: fuente interminable de conexiones.