martes, 20 de marzo de 2007

Living War, Living Love

Ayer me compré en la calle un disco de Björk que no conocía. Se llama Domestika. La palabra comenzó a darme vueltas por la cabeza enseguida. Domestika seguramente viene de domesticar y se me ocurre que puede no ser un atributo negativo sino todo lo contrario. ¡¡Y que buen nombre para una banda!! No sé, pienso en esa expresión “rebelión doméstica” y me gusta. Me vienen flashes de una nota de María Gainza sobre una muestra de Diana Aisenberg que no vi y sobre otra que fue en Appetite, de Yanina Szalkowicz (Te combina con los muebles). Exposiciones sensibles pero por sobre todo inteligentes, astutas, de una sagacidad muy femenina. Es particular de los varones y del instinto masculino de muchas chicas salir al choque, confrontar con maneras casi suicidas, embestir. Debe ser algo de la sabiduría de la especie de aprender a preservarse, a resistir y crear situaciones de implacable disenso sin exponerse estúpidamente. Vivimos en una sociedad muy heavy y el pasado de nuestro país conoce situaciones horrendas de masacre y exterminio que perviven en la memoria colectiva. Para mí es más punk inventarnos livings de resistencia. Resultar implacables e inconcesivas sin necesidad de vociferar al estilo kamikaze.
Esa es la lección involuntaria del espíritu Domestika. El mas fino instinto intransigente de sobrevivencia. El living es un altar, un lugar de meditación, es decir, un lugar donde circulan las energías mas potentes. El living es un sitio terriblemente intenso, donde tenemos las mejores charlas, donde atesoramos y preservamos la potente intimidad, donde trazamos las líneas de un mundo en una escala amable. Cada ornato es parte de un plan de camouflage y a la vez un objeto útil y devocional como lo puede ser una canción de Patti Smith o de Kim Gordon o Kim Deal. Living es fundar ese territorio: un arma bélica pero que no destruye, sino que construye y resiste. La prueba de haber aprendido: si nos cuidamos, si aprendemos a cuidarnos, si contruimos buenos sitios donde protegernos, ni siquiera habrá necesidad de mas estúpidas victorias.