Cada obra de un artista es una manifestación de su mundo. A medida que hace más y más obra, más sabemos de ese mundo. Como todos los mundos, ese mundo cambia. Hay mundos de todos los tamaños y temperaturas.
El mundo de María Guerrieri es de los que más cambia. Descubrir mundos implica ser buena exploradora, atreverse a zonas propias que no siempre son fáciles. María no deja de explorarse, de buscar en su planeta interior.
Un artista no trabaja sobre un tema. El tema de las obras de María es ella misma, son sus sueños, sus fantasías, sus fantasmas. Éstos pueden coincidir con arquetipos, con tradiciones, con símbolos de toda clase, pero ante todo son sus imágenes.
Y las imágenes de una artista son su lenguaje privado abierto a todos. María tiene un lenguaje personalísimo, poblado de animales, de geometrías y de criaturas de sueño.
María explora su sensibilidad. Lo hace metódicamente.
Superficies de color: grandes animales-charcos. Siluetas de colores intensos.
Los animales parecen de fábula. Toda artista bucea en su imaginario. Un imaginario se va formando de decenas y decenas de imágenes que vamos almacenando a lo largo de los años. Todas esas imágenes que una artista almacena la van delimitando. Van dibujando en secreto sus fronteras.
Hoy quería buscar un lenguaje simple. No es fácil. No quería tampoco muchos adverbios. Aunque se me escapan algunos.
Estoy tratando de llevar al mínimo de modismos y al máximo de expresión mi prosa en relación a la obra de María, que es una artista rebuena.
Cuando escribimos sobre arte es muy difícil no caer en recetarios ni ser crípticos. ¿¿Cómo acercarnos a una obra sin preconceptos, sin necesidad de tomar en préstamos todos los recursos de los discursos habituales sobre arte??
Es cierto, la obra de María me estimula a eso. No lo podría hacer con otros artistas.
Pero la obra de María tiene esa sensibilidad especial e inolvidable que me invita a acercarme de esta manera.
Pienso que cada reseña debería tener un estilo de escritura distinto inspirado en el artista. Mimetizarnos con su sensibilidad y explorarla desde un lenguaje familiar.
Es muy difícil trabajar en la frecuencia de cada artista.
Pero vale la pena intentarlo.
Comienzo con María.
Me alucinan sus planos de color, que no son otra cosa que los límites actuales de su mundo.
Pero por poco tiempo. Intuyo que pronto cambiará a otra cosa.
Lo mismo debería pasar con mi escritura.
Bueno. Trataré.
More Kisses.
miércoles, 22 de agosto de 2007
El Mundo de María y mi estilo en consecuencia
Publicado por Anita en 1:49