viernes, 11 de enero de 2008

Vampirismo a dieta

¿¿Y qué hacemos con Lo Denso?? Y lo escribo así, con mayúsculas para decir que ahí hay un territorio. Como cuando decimos Lo Imborrable. Lo Indecible. Así como existe lo políticamente correcto, y hasta lo estéticamente correcto, podemos adivinar otra categoría que podríamos llamar lo visualmente correcto. Aunque a algunos en un primer momento les cueste reconocerlo, existe lo visualmente correcto. Porque el discurso general es siempre el mismo: todo puede decirse, la cuestión es cómo. O mejor, todo puede mostrarse, pero hay que ver de qué manera. Y ese cómo o manera es lo visualmente correcto. Cuando la representación se excede, entonces comienzan las polémicas.
Pero ¿qué quiere decir exceso en este caso?
El arte siempre fue el espacio para investigar ese límite. El año pasado fui a una muestra muy buena en el Museo Nacional de Bellas Artes. Y toda la exhibición giraba en torno de un cuadro de Sívori, un cuadro de un pintor académico argentino del siglo XIX que se llamaba “El despertar de la criada”. Parece ser que este cuadro fue recriticado en aquel tiempo porque presentaba un cuerpo de una sirvienta que chocaba contra el ideal de cuerpo femenino de la época. Esa pintura fue discutida en los círculos artísticos pero también por toda la ciudad.
Lo denso no tiene por que ser la exposición de un cadáver. Lo denso puede aparecer de una forma que hasta parece lúdica. El cine de terror siempre se divierte con este límite.

La obra de Mauro Guzmán inspirada en la película El Exorcista que se expuso el año pasado en Appetite se reía de estas convenciones. Era como decir que las películas de clase B ó Z muchas veces hacen cosas con este límite que resultan más sorprendentes que muchas obras de arte. Y que la inspiración puede estar en cualquier parte.
Todo esto gira alrededor de Lo Denso. Como muchas obras de Lucía Luna que me parecen muy buenas. Son fotos que tienen una inspiración vampírica. Pero a partir de sutilezas. Los vampiros suelen tener algo de operísticos en su representación. En cambio los vampiros de Lucía son muy sutiles. Al principio te parecen inofensivos y después con el tiempo vuelven a tu memoria y te das cuenta que son terroríficos.
Lucía realiza su obra en un margen de Lo Denso que no es el más teatral, el más cercano al cine de terror.
No sé muy bien por qué la mayoría de las estéticas del horror están como amplificadas, exageradas. Mucho maquillaje. Lo que hace Lucía es retirarse de esta exageración y poner el maquillaje justo. Como quien pone la pincelada justa.
Después de ver sus fotos me doy cuenta de que las imágenes que bordean el horror necesitan ponerse a dieta.
Y que la obra de Lucía Luna es un paso más allá.
Indaga en el horror en la dosis adecuada.
Un vampirismo de nueva generación.