Hace poco leí que Mallarmé decía que el mundo existía para terminar en un buen libro. Yo creo que el mundo puede terminar en un bello libro. Noemí Aira seguramente también lo cree así. Si los antiguos creían que nuestras vidas no eran sino las escrituras del destino, el libro de nuestras vidas está repleto de caligrafías que son nuestras emociones. Qué bueno que el arte nos enseñe a recordar las letras.
miércoles, 2 de mayo de 2007
El libro
Publicado por Anita en 1:53