De todas las formas posibles de indagar prefiero la que utiliza Leticia El Halli Obeid. Ella no discursea, sino que se pregunta haciendo. Es un tipo de pregunta física, donde las palabras ocupan otro lugar. En sus videos nadie habla de la escritura, sino que la mano escribe. Las preguntas están como bordadas en la imagen. La imagen es acto. No metaforiza, sino que hace. Los videos de Leticia me entrometen en un mundo raro. Porque todo se va fundiendo en uno. Me pasa siempre lo mismo, me da la impresión de que en la acción está todo, no se le puede agregar nada. Y la acción no es sólo lo que sucede en la pantalla. La acción son tus ojos. Porque Leticia provoca no a las palabras que rondan en tu cerebro, sino a tus ojos de una manera seca. La belleza visual de sus videos es eso: una belleza que no hace concesiones, que jamás estará maquillada.
No vi sus instalaciones. Me las perdí, o no me enteré o no la conocía entonces. Pero por lo que intuyo y sé forman parte del mismo movimiento.
En una época de artistas con glamour evidente Leticia emana un glamour discreto, producto de otra elocuencia que no se encuentra en una catarata de conceptos sino en el sutil despliegue de los conceptos justos.
Ni de más ni de menos.
Vuelvo con los post de la mano de Leticia porque descubro que quiero escribir de la misma forma que ella hace obra.
Con una mirada muy parecida.
Claro, la mirada de ella es única. Pero nos la transmite con tanta fuerza que nos invaden las ganas de acercarnos al mundo como ella lo hace.
Descubriéndolo en cada gesto.
Sin dar nada por supuesto.
lunes, 24 de marzo de 2008
Las preguntas de la mano y la belleza seca
Publicado por Anita en 22:38