sábado, 14 de abril de 2007

Conectate con tu propia velocidad!!

Una obra no es un problema. Es cualquier cosa menos un problema. Es posible que una obra nos interrogue, que nos llene de preguntas y que eso nos lleve a pensar hipótesis. Hay obras que me dicen, que me transmiten, que me causan y otras que no. Seguro que tiene que ver con mi formación, con mi experiencia, con todo lo que me pasa, con mis miedos e inseguridades también. Y también con mis velocidades. Todos tenemos velocidades. Vos también las tenés. Ser rápida o no serlo no es importante: es simplemente un dato. Diana escribió algo lindísimo: dijo que hay que hacer teoría del mismo modo en que se hacen canciones, una detrás de otra. (Me encantó también que desconfiara de la palabra “tema” para designar a una canción. Una canción es más que un tema, implica más cosas). Pienso en mi abuelo favorito, que es el abuelo también de la Chica Voladora: Syd Barrett. Fue un cometa fugaz, luz en estado puro. Lo adoro y también me asusta. Como dice Diana (¡¡es una enciclopedia más que un diccionario!!) hay que saber cuidarse, tenemos que aprender a cuidarnos de algunas velocidades. Para mí un maestro total en este sentido es Sandro Pereira. Es un genio en este sentido de manejar las velocidades. Todo el mundo corre y el es súper fiel a sus tiempos. Sabe coordinar a la perfección sus necesidades con los giros del planeta. Eso es lo que estoy aprendiendo en estos días: a ser veloz cuando debo, a ser pausada cuando mi cuerpo y mi cabeza me lo piden. Como dice Charo, hay que saber cuidar las ganas, el entusiasmo. Pensar en Sandro y su obra me llena de energía. De una energía calma, más allá de todas las trampas de la información y de cierta inteligencia que no me dice nada. Volviendo a lo de las canciones, hay días que tengo ganas de tocar un tema punk detrás de otro, 500 temas seguidos de 3 minutos. Ahora estoy queriendo enseñarme más, a escuchar a mis estados de ánimo. No sé si Sandro sentirá eso, pero es lo que me irradia. Es como con sus movimientos pausados me gritara “¡¡conectate con tu propia velocidad!!“
Sandro: te amo. Sos un dios.