Es esa sensación de sueño. O de déjà vu.
O de una película que viste hace mucho y recordás partes.
La forma de pintar tiene mucho de eso.
Es una forma de transmitir. De sensibilidad hacia los materiales.
Esto me pasa con estas pinturas de Constanza Alberione.
Me colocan en otro plano, en un lugar diferente.
¿¿Es una fotografía de los '80 que vi en una revista de mi tía??
¿¿Es una Grace Jones inventada??
No sé. Tampoco importa.
La imagen siempre tiene una dimensión en los recuerdos.
Cuando era muy chica mi tia me llevó al cine a ver una película
de James Bond en la que trabajaba Grace Jones y hacía de mala.
Al final explotaba con una bomba.
Todos esos recuerdos me dan vueltas cuando veo estas pinturas.
Esas referencias son muy personales, pero me sirven cuando miro.
Miramos con todo lo que vivimos.
Y con lo que imaginamos que vivimos también.
Las sensaciones nuevas se alimentan de sensaciones viejas.
Son como cardúmenes que se comen unos a otros.
Sin las sensaciones viejas no gozaríamos tanto de las nuevas.
No es acumulación.
Es mutua estimulación.
¿¿Este es Max Cachimba??
Sólo lo vi en fotos. Parece, porque la pintura se llama Max.
ESo es lo que me gusta de una pintora como Constanza.
Poner juntos a Grace Jones y Max Cachimba.
El humor tierno dadá y el glamour de los ochentas.
Energías muy diferentes que confluyen.
Un artista maneja esas energías.
Va mezclando, sumando, separando, reuniendo.
Nosotros que miramos, también tenemos energías.
Repotentes.
Y está bueno.
Somos como una usina que alimenta desde las miradas.
Desde la sensibilidad que ponemos en el acto.
sábado, 7 de febrero de 2009
Y también con lo que imaginamos que vivimos
Publicado por Anita en 10:16