jueves, 19 de febrero de 2009

Lo que vos ves. Y nada más.

El relato está siempre. Ahí.
Vos lo tenés que atrapar para que la imagen calce justo.
¿¿No es una estupidez??
¿¿Por qué no reescribir el relato??
Marisa Rossini deja que hagas lo que quieras.
O no lo que quieras, pero te deja hacer.
Nos deja hacer.


No se trata de una imagen cualquiera para que subjetivices.
Una obra no es necesariamente un espejo.
Que te reconozcas en ella no quiere decir que la obra sea eso.
Una obra siempre dice algo, más allá de lo que su autor y vos quieran.
Lo va a decir de todas formas, por más que ustedes se enojen.
Una obra siempre dice más y menos de lo que esperás que diga.
Esto puede parecer rebásico, pero todavía cuesta.
No sólo a mí. Cuesta en general.
"A mí me parece" es casi lo mismo que "leí un libro que dice".


"Quise decir". ¿¿Qué importa??
Lo cierto es que la obra dijo.
Dice.
Dirá.
Volverá a decir.
Una vez.
Otra vez.
Vos corrés hacia la obra.
Pero ella sigue quieta en su lugar.
Lo que dice el artista es siempre otra cosa.
También lo que decís vos.