Pienso mucho en Lu. En su energía. Es lo que provoca. Porque una artista es lo que nos provoca, aquello que transmite. Cómo la transmite.
¿¿Qué esperamos de un artista?? Que marque una diferencia. Que nos dé claves de lo que sea. Después aprendemos que un artista es el resultado no sólo de sí, sino de un montón de gente. De quien le editó el video que hizo, de quién le sacó la foto, de quién le diseñó el programa, de quién le escribió el texto de la muestra, de la galería que lo promociona, de lo que se dice sobre lo que hace. Todo eso nos va armando su perfil. Un artista siempre es un producto colectivo. Como todos. No sólo de otros artistas.
Ayer leí la nota de Verónica Gómez en Radar y me encantó. Es la mejor nota que un artista haya publicado en Radar. Porque nos invita a buscar más allá de las exposiciones y los lugares de arte. Porque encuentra donde nadie busca. Lo mismo que Lu. Ella encontró y señaló una sensibilidad especial donde nadie la buscaba.
Pero siempre hay un espacio íntimo donde nos encontramos con el artista. Con lo que tiene para darnos. Ahí no entra nadie más. Es ese pasillo secreto donde estás a solas con lo que te pasa con eso. Como cuando leés un poema para vos, sólo para vos.
Es ese espacio sagrado, único, que hace que una obra diga, comunique, conmueva, te rompa la cabeza.
A mí me pasa que no siempre encuentro ese pasillo.
Salvo en algunos pocos que escriben tampoco lo encuentro en la prensa. Escrita por críticos o artistas, no importa.
Es ese pasillo en otra dimensión.
Para mí escribir es encontrar ese pasillo.
A veces lo encuentro.
A veces... me canso de buscar.
Y aún así sigo.
lunes, 8 de diciembre de 2008
Lu, Vero y el pasillo secreto
Publicado por Anita en 18:37