jueves, 17 de diciembre de 2009

Ya estamos en el 2010. O en el 2011.

Odio los fin de año. También los comienzos. No me gusta el efecto que producen. Prefiero la mitad de año, cuando el almanaque no dice nada fundamental y todo resulta mas impreciso. Si busco algo en el arte es eso. Una diferencia, no estar jamás comenzando ni terminando nada. Sino en tránsito. Midiendo mis pasos.

No me persigue lo que soy o creo ser, o lo que los demás piensen de mí. Prefiero buscarme en lo que estoy haciendo. En cómo me siento. Mi tiempo es el tiempo de lo que hago. No sé si llamarlo "obra", no sé. Prefiero el momento en el que estoy escribiendo, viendo una muestra, leyendo, mirando una película. Cogiendo. Pensando. Fantaseando. Escuchando música.
Prefiero estar antes o después de la explicación.
El momento del viaje donde todavía no tenés las palabras para contarlo.