jueves, 6 de septiembre de 2007

Bailando el aura y a Nietzsche también

Yo creo que hay muchos Nietzsche. Bah, en realidad todo el mundo sabe que hay muchas lecturas diferentes de Nietzsche. Lo que estoy tratando de decir es que la mayoría de los Nietzsche que veo están donde tienen que estar, donde iríamos a buscarlos. En cambio a mí me gusta buscar a Nietzsche donde está sin que todo el tiempo lo estén buscando. ¡¡Pero no es que quiera meter a Nietzsche en donde no va sólo para mostrar que lo leí!! Porque además es mentira que lo leí. No lo leí: lo estoy leyendo. Cuando me enamoro de un autor no busco lo que dicen los demás. Es como cuando te enamorás de alguien, quien sea: lo querés descubrir vos, no te interesa lo que diga tu tía o su mamá. No sé mucho sobre cómo fue leído Nietzsche, pero sí sé cómo es Mi Nietzsche. Para mí Nietzsche es una forma de bailar. Es una danza. Es el dios que danza.
Es una música. Es un levantarse por encima del piso.
Nietzsche no se deja ver por todos lados, así como el baile no nos invade a todos por igual. Nietzsche hoy es la danza calma de Malena Pizani.
¿¿Calma?? No sé por qué escribí eso. Calma, sí, pero muy intensa.
Detesto a esos tontos que les decís: “estoy leyendo a tal autor” y te repiten el apunte que un profesor les hizo leer en la facu. Ustedes saben que me alucina el saber. Pero el saber para mí es otra cosa: haber leído mucho y utilizarlo de otra manera.
Es lo que hace Malena. Una de sus búsquedas es bailar el aura. Para entender a Nietzsche tuve que buscar y buscar ¡¡y encontré a Malena!!
Veo en su blog fotos de gatos. Soy más fan de los perros, pero admito que los gatos bailan mejor. Lo hacen con más sigilo. Los perros son atropellados (¡¡me vuelven loca!!) pero no bailan con gracia. Horacio me dice: “los perros no bailan, nena. Los gatos tampoco. Vos no dejás de proyectar”. ¡¡Mentira!! Los pensamientos nos balancean y nuestro cuerpo se balancea. Malena lo sabe. Nadie más dionisíaca que Male.
Porque Dionisios no es el borracho drogón arruinado que apenas puede tenerse en pie y que hace culto del desenfreno ridículo. Dionisios es tan sutil como la danza de los gatos.
La mejor música para bailar a Nietzsche es entender esto como lo entiende Malena. No necesita quemarte la cabeza enseñándote cuántos libros y textos leyó sobre Friedrich. Sabia, hace como Lou-Andreas Salome: dispone una danza.
Porque hay dos tipos de ritos. Los impuestos y los develados. Malena va quitando los velos de Nietzsche a su manera. Es su forma de danza.
Rito sí, pero como el mejor de los vestidos. Cuando nos vamos a encontrar ¡¡la magia de la primera cita (y los nervios también)!! con la persona en la que no podemos dejar de pensar nos vestimos con toda minuciosidad. Aunque lo hagamos con la ropa de todos los días. Ese día necesitamos ser reinas. Ese es el rito.
Si vos le decís esto a uno de esos cabezones que te repiten el apunte que aprendieron en la cursada, te tratan de frívola, de ridícula.
Harían mucho mejor en abrir sus sentidos a la danza aurática de Malena.
Por lo menos, los volvería menos bobos y más sexys.